Las sesiones individuales duran una hora u hora y media con periodicidad semanal o quincenal. Las sesiones para parejas y familias duran dos horas con frecuencia quincenal o mensual. Las sesiones se graban en vídeo para que los terapeutas puedan revisarlas y elaborarlas.
La sala en la que tienen lugar las sesiones con las familias y las parejas está equipada con un espejo unidireccional y un micrófono para permitir un trabajo de equipo.

Por lo general, solo un terapeuta dirige la sesión con la pareja o la familia mientras, desde el otro lado del espejo, los colegas participan en la sesión con sugerencias, observaciones y comentarios que suelen estar dirigidos al terapeuta. En algunos casos, intervienen directamente en la sesión.
Esta forma de trabajar se suele utilizar cuando trabajamos con familias y parejas. Hemos comprobado que, aunque no es imprescindible, puede ser provechoso ampliar la participación del equipo a algunas fases del tratamiento individual. Esta elección se discute y acuerda con las personas con las que realizamos terapias individuales en la fase de consulta.

Por supuesto, el trabajo terapéutico está protegido por el secreto profesional. Los pacientes pueden permitirnos utilizar las grabaciones de las sesiones con fines científicos y didácticos. Puesto que nuestro trabajo clínico se acompaña y sostiene con actividades de investigación y docencia en nuestra Escuela de Psicoterapia y en algunas sedes universitarias, a veces les pedimos a nuestros pacientes su conformidad para permitir la presencia en el equipo de un colega que se está especializando en nuestra Escuela de Psicoterapia o de un estudiante de doctorado.